Puede sonar terrible, incluso apocalíptico, pero no lo es.
El resultado, sea el que sea, obligará a los actores a revisar sus supuestos y
a reorganizar sus equilibrios. Pero ninguno se va a ir.
Seguramente, además, se juegan otras cosas en una partida
que se ha hecho compleja. Pero sobre todo se juega la solidez tranquila y
mostrenca del actual orden basado en el Poder Financiero, gobernante de Europa.
Cada uno de los contendientes ha puesto en marcha sus
ejércitos:
-
El gobierno de Tsipras, con un misterioso apoyo
detrás y con El Caballero Andante Varoufakis al frente, ha desatado lo que más
temen los oligarcas financieros y su circo de mercados: el voto de los
ciudadanos. Puede pasar cualquier cosa. Y Tsipras lo sabe y por eso lo ha
hecho. Y los oligarcas lo saben y a ellos, a pesar de que saben reaccionar y
reconducir las situaciones, no les gusta nada que les muevan las sillas. Es un
juego, y todos dicen una cosa para buscar un resultado. No porque realmente
crean en lo que dicen.
-
La Troika (¿¡Qué es La Troika!? ¿quién la ha
legitimado? ¿Cuáles son sus reglas, estatutos, responsabilidades, deberes,
etc?) ha puesto en marcha sus ejércitos, que son básicamente cada uno de los
Poderes Financieros (judicial-legsilativo-ejecutivo-prensa) de cada uno de los
países que gobiernan, para extender el miedo, e incluso el odio a Grecia. Como
muestra el editorial apocalíptico de El Pais, el periódico de
izquierdas-pero-buenas:
en el cual queda claro que la culpa de todo es del
irresponsable gobierno griego, y ahora que se joda el pueblo por votarle, y
además, aprovechando, ya sabéis lo que va a pasar como votéis a Podemos. Muy
posiblemente, un editorial escrito al dictado. Ni el primero, ni el último.
Cada una de las posturas ha hecho su efecto sobre la
ciudadanía europea:
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Ha polarizado a la población, que se divide en
gente que odia a los gobernantes europeos, porque han estafado a la población;
y gente que odia a los griegos (así, en general) porque han estafado al resto
de Europa. La mejor forma de mantener el poder de unos y otros es siempre la
misma: mantener a la población enfrentada.
-
Ha generado leyendas urbanas sobre cada una las
facciones: los componentes de la Troika beben sangre humana y respiran azufre,
por un lado. Por otro los griegos van de juerga en juerga con el dinero que
todos nosotros, individualmente, de nuestro bolsillo, les hemos prestado, y se
jubilan a los 55, qué cabrones. Todo es falso, claro. Forma parte del juego.
Verdades sin matices. Ideología pret-a-porter. Discurso idiotizante
que lejos de crear ciudadanos responsables, fomenta el ovejismo político. De lo
cual, curiosamente, viven los partidos mayoritarios en Europa. Incluido, ahora,
Syriza.
Yo voy a votar No.
Ya. Ya sé que no me dejan votar en este plebiscito. Pero yo,
interna y externamente, de conciencia y de palabra, voy a votar que No. Y la
razón es la siguiente:
Los de la Troika no beben sangre humana (me parece). Pero sí
representan el camino contrario a la democracia en la que creo. Su mayor
preocupación ahora, mucho más que el impago de Grecia, es la posibilidad de que
se abra una ventana a la democracia verdaderamente participativa. Lo dice
claramente el editorial de El Pais: “El referendum no es la panacea de la
democracia”. Toda una declaración de intenciones: prefieren una dictadura
secuencial de 4 años de duración y sin control ciudadano real, que es lo que
hay ahora, a una democracia participativa. La voz de su amo.
Lo que está en juego no es el bien contra el mal (escoja
usted su lado y vale tanto uno como otro). Tan malo es un poder financiero
antidemocrático que arruina paises por incompetencia y por avaricia, como un
gobierno populista.
Lo que está en juego de verdad es la evolución a formas
participativas de democracia que asustan enormemente a La Troika. Y a sus
lacayos de los diferentes gobiernos europeos y de la prensa.
Para acabar (y disculpen lo extenso de la entrada):
¿No les parece deliciosamente curioso que el poder real y
profundamente antidemocrático en Europa se llame "La Troika"? El enemigo es la
supuesta izquierda radical griega, y resulta que el poder financiero que
gobierna Europa lleva el nombre de la máxima representación del poder
soviético.
Delicioso.
Señala inequívocamente la realidad: da igual que sea de
izquierdas o derechas. Lo que importa es que sea poder y que esté en las manos
adecuadas. Que no son las de los ciudadanos.
Por eso yo voto NO. Por el referéndum.