lunes, 15 de junio de 2015

EL ASUNTO ZAPATA


Podría parecer una cuestión simple: un comportamiento poco político debiera inhabilitar para ejercer la política.

Más aún, una sensibilidad tosca hacia el sufrimiento ajeno debiera inhabilitar para ejercer la política.

Así que el asunto está claro: Zapata tenía             que dimitir. De hecho, si esos tuits son un reflejo de su forma de estar en el mundo, nunca debiera haber estado en política.

Pero no es tan simple.

Ayer, yo estaba asustado: no había reacción por parte de Carmena. Hoy estoy más tranquilo. Zapata ha dimitido. Y no ha habido histeria: lo ha hecho él y ha ocurrido pronto.

Todos los que han pedido su dimisión desde el Partido Popular, y todos los que secretamente deseaban desde el PSOE que se estamparan tanto él como la formación de Manuela Carmena, se han rasgado las vestiduras. Sus dientes han rechinado y han gritado desesperados. Escenificaban, en realidad, su alegría.

No es tan fácil.

El PP y el PSOE no deseaban la dimisión de Zapata. Si fuera eso, los más de 100 procesados que acumulan entre sus cargos estarían ya dimitidos. Y no lo están. Y Rajoy habría dimitido, y no lo ha hecho. Y José Blanco estaría expulsado del partido y no lo está.

Lo que querían era, precisamente, que no dimitiera. Querían que España entera viera con sus propios ojos que, en el fondo, todos son iguales. Querían una demostración viva de que la política es el juego al que juegan ellos, y que ser limpio es imposible.

Si Zapata no dimite, entonces ellos tenían razón.

Todo el plañido y la indignación eran, en realidad, para resucitar las dos españas y que Zapata se atrincherara y no dimitiera. Es su juego. Y eso les hubiera valido las próximas elecciones.

Pero ha dimitido.

No haré leña del árbol caído, porque es miserable hacerlo. Esos chistes de Zapata son malos y estúpidos. Pero se cuentan a diario en este país. Son una cuestión de educación. Y un político no debe contarlos. Pero de ahí a solicitar su procesamiento, o este linchamiento público que se está produciendo … no cuenten conmigo para colgar gente de los árboles en nombre de la pureza. Más aun cuando los que piden su linchamiento tienen al ex-alcalde de Valladolid entre sus filas.


Espero ansioso a que, tras la dimisión de Zapata, PP y PSOE tomen ejemplo y se empiecen a producir las primeras expulsiones del partido entres sus filas de imputados.

miércoles, 3 de junio de 2015

ELECCIONES 5/2015 2º EDICIÓN DE LOS PREMIOS “OTRA OPORTUNIDAD”: PELUCAS AMARILLAS MAYO 2015


¡AND THE WINNER IS …

Una vez más hemos tenido el placer desde El Político Informal de otorgar los Premios Otra Oportunidad, y entregar el preciado trofeo conocido popularmente como LA PELUCA AMARILLA a aquellos políticos que más se lo han merecido.

Las cotizadísimas Pelucas de Oro se otorgan en cada episodio de elecciones a los políticos que más han destacado en su lucha por declararse ganadores cuando el batacazo ha sido espectacular. Es una forma de poner en alza los valores que más definen a algunos de nuestros políticos, especialmente los de los grandes partidos únicos (PPSOE).

El premio, tanto su denominación como el propio trofeo, es un homenaje a ese chascarrillo en el que una rubia (o un rubio, que tanto da) está en clase intentado averiguar el resultado de una suma. Entonces sus compañer@s rubi@s, cada vez que contesta, piden para el/ella a coro “otra oportunidad”.  ¡Incluso cuando acierta! Rinde tributo a esa forma de contestar siempre lo mismo. Pase lo que pase, digan lo que digan, hemos ganao … y ¡otra oportunidad!

El primer Premio “otra oportunidad” lo obtuvo en las elecciones catalanas de 2012 Artur Más, por su espectacular versión de “hemos ganao” después de haber perdido 12 escaños y 100.000 votos. Pero sobre todo fue su fuerza moral y fueron sus superpoderes autohipnotizantes mediante los cuales contempló el resultado como una señal de que el pueblo le apoyaba, lo que le valió esa primera dorada PELUCA AMARILLA.

Este año el jurado se ha devanado los sesos ante la enorme competencia entre candidatos y, por unanimidad, ha tenido que otorgar el premio ex-aequo a Mariano Rajoy, Tomás Sánchez y … ¡de nuevo! … ¡Artur Más!

A Mariano Rajoy por su sublime e incontestable interpretación pública de las elecciones, en las cuales, tras perder todo lo perdible, Madrid incluido, salió esa misma noche declarando  “ … sería tan absurdo como negar que hemos ganado las elecciones ..” El PP perdió unos 2.415.000 votos, obteniendo el 27,05 de los votos emitidos en las municipales (6.058.000), frente al 36,89% (8.475.000) del total obtenido en las anteriores elecciones.

A Artur Más por la misma razón que a Mariano Rajoy, ya que tras perder 110.000 votos - de nuevo - y hasta la alcaldía de Barcelona, declaró abiertamente y sin rubor, la peluca amarilla casi sobre sus sienes, “hemos ganao”. 

A Tomás Sánchez por su inimitable “La izquierda hemos ganao”. Hubo dudas al principio – las declaraciones deben ser ciegas y tontas, y sobre todo falsas para poder optar al premio, y el PSOE teóricamente …. Sin embargo todo quedó aclarado cuando el miembro del jurado preguntó: “¿Desde cuando es el PSOE de izquierdas?” y recordó la famosa reforma zapatera-laboral del 2010. Tras lo cual el jurado consideró que no solo era merecedor del premio, sino que incluso lo era más que nadie por haber hecho no una, si no dos declaraciones lerdas: "hemos ganao" y "somos de izquierdas". Ambas falsas. Efectivamente el PSOE obtuvo en las municipales el 25,02% de los votos (5.604.000) frente a los 27,32% (6.277.000), el peor resultado obtenido en su historia reciente, que además confirma la tendencia descendente.

“Siempre hemos llevado un rubio dentro, y es normal que salga en los momentos más especiales”, han declarado los tres al unísono, acariciándose el pelo amarillo.

¡Felicidades a nuestros rubios ganadores! Y como siempre les animamos a seguir dando vidilla al cotarro político con sus chascarrillos. ¡¡Nunca se sabe cuando se puede volver a ganar este premio!!


¡Hasta la próxima edición!